miércoles, 13 de marzo de 2013

Danzad, malditos

Me sirvo de este título (procedente de la novela de McCoy llevada al cine por Sydney Pollack) para continuar la danza macabra a la que nos hemos referido en alguna que otra ocasión.

Hoy voy a ser un poco más explicativo de lo habitual. La danza macabra se refiere a la representación literaria y artística de una danza en la que toman parte los vivos y los muertos. En muchas ocasiones, la parte de los muertos está representada por un solo personaje, la Muerte. Esta danza es alegórica, con un claro mensaje moral: la muerte nos llega a todos, da igual la clase social a la que pertenezcas. Y con una clara intención religiosa: preocúpate por tus asuntos del alma, y no por las cosas vanas de este mundo (vanitas).

La danza macabra tiene su origen en la Baja Edad Media (en torno al siglo XIII), procedente de Francia, y que pronto se propagó por toda la cristiandad. Al parecer, surgió a partir de la necesidad de representar  en forma de mímica las homilías sobre la muerte. De estas dramatizaciones del sermón se pasó a las representaciones gráficas: xilografías o pinturas murales como el de la Iglesia de la Santa Trinidad (Hrastovlje, Eslovenia).

Danza de la muerte (Janez iz Kastva y algunos de sus ayudantes, 1490)
Se cree que la primera pintura de esta danza se realizó en 1424, en el pórtico del cementerio de los Santos Inocentes (París), por un autor anónimo. Sin embargo, estos muros fueron demolidos en 1669, y no existe ninguna copia. Al parecer, estas pinturas fueron las que inspiraron a Guy Marchant para las ilustraciones de su danza macabra (1485), a las que ya nos habíamos referido aquí. Cada ilustración muestra a una pareja de "invitados" a la danza, uno proveniente del sector eclesiástico, y otro del seglar. En la obra de Marchant veremos que son los propios cadáveres de cada uno de los personajes los que invitan al "baile". Son los muertos, no la Muerte, quienes participan de tan macabra danza.

En 1538 se publicaron en Lyon las danzas de la muerte de Hans Holbein el joven (¿1497? - 1543), sin duda las más conocidas del género, cuyas ilustraciones inspiraron muchas otras que se fueron publicando posteriormente. Aquí los personajes ya no se presentan por parejas. La Muerte invita al baile, pero ella no danza. Cada página muestra una cita bíblica en latín, el grabado correspondiente a cada personaje y unos versos en francés debajo del dibujo.

Si comparamos el listado de personajes de ambos autores, también notaremos algunas diferencias. He elaborado una tabla comparativa para que podáis apreciarlas. Grosso modo, la lista de Holbein no abusa de tantos personajes religiosos e incluye también a mujeres. Esto puede deberse a que las influencias humanísticas de Erasmo ya se hacían eco en la ciudad de Basilea donde se realizaron los trabajos.


Podéis consultar toda la imaginería de la muerte accediendo al álbum (pinchad en la imagen). Los grabados de Marchant y Holbein aparecen sin los textos para que podáis fijaros mejor en los detalles.


CATEGORÍAS: Arte, Pintura, Grabado

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